Una huella en cada surco

En el oriente del estado de Morelos se encuentra una de las industrias azucareras más antiguas de México. Esta zona de cañaverales ha sido uno de los principales territorios de producción cañera para la obtención de azúcar desde la conquista de los españoles en el siglo XVI y donde el procedimiento de la corta de caña ha sido uno de los trabajos más castigados. Actualmente la corta de caña de azúcar en la temporada de zafra continúa siendo el corazón de la industria azucarera. Diversos condicionantes como la irregularidad en el terreno de los campos de siembra de caña han mantenido el proceso de la cosecha no mecanizada, lo que impide que los cortadores sean sustituidos por maquinas; haciendo que su labor sea indispensable para la subsistencia de la industria azucarera de la región.

Don Marcelo Navarro, “el Viejón,” es el capitán de una de las cuadrillas del albergue Calderón en la zona cañera de Casasano en Cuautla Morelos. Don Marcelo comenzó como cortador de caña desde temprana edad, y ahora ya es capitán de una cuadrilla, con la cuál, los cortadores y sus familias viajan dejando atrás sus pueblos en la sierra de Tierra Caliente en el estado de Guerrero hasta adentrarse a las llanuras de los cañaverales en el oriente del estado de Morelos, en la que permanecerán durante seis meses que dura la temporada de zafra.

El proceso agroindustrial en los cañaverales y los ingenios azucareros se contraponen; el ciclo natural de la siembra, el cultivo y cosecha de la caña contrasta con el engranaje de la maquinaria voraz de la producción acelerada por la obtención de uno de los productos más solicitados en nuestras sociedades contemporáneas de consumo. En medio de este proceso se encuentran nuestros protagonistas que viven su propio ciclo de migración y trabajo en el que tienen puestas su esperanza por mejores oportunidades de vida.

Una Huella en Cada Surco se adentra en el engranaje de la industria azucarera en un viaje sensorial por las jornadas vertiginosas y sin descanso en los cañaverales, a través de la imagen y sonidos directos, revelando la relación y desafíos de estos jornaleros migrantes con el entorno, la naturaleza y una industria que depende de que estos hombres y mujeres vuelven en cada ciclo de zafra.